dimarts, 12 d’abril del 2011

Estrellas sin barras.

Hoy (o ayer, depende del huso horario y de lo que tarde en escribir esto) se cumplen 50 años de la primera visita de un humano al espacio, Yuri Gagarin (se conoce que era el dueño real de Laika y subió a ver si la encontraba...).
50 años depués siguen discutiendo si fue el primer hombre en el espacio o no por tecnicismos baratos de la orden de «no volvió a tierra en la nave», ya ves tú, maldito cobarde, lanzarse en paracaídas en vez de quedarse dentro del trasto escacharrado y estamparse contra el suelo... En Youtube lo hubiese petado, poca visión de futuro que tenía el colega (o camarada, mejor dicho). La cuestión es: si estuvo en el espacio, ¿qué más da si aterrizó la nave o se la regaló a un marciano y bajó andando? Es decir, que haya unas reglas para determinar estas cosas basadas en la ejecución más que en el logro me hace pensar que en el consejo que así lo establece está algún gimnasta de esos que en el saltito final se estampan y sigue resentido por ello, así que si él se quedó sin medalla, pues Yuri sin mérito.
Claro, de algo tienen que hablar desde que cayó el telón de acero. Antes bastaba criticar al gobierno de la URSS por mandar perros a morir al espacio o por falsificar los datos de X viaje espacial. Ahora no les vas a cargar el muerto a Putin, que igual se enfada y del mamporrazo de sube a Júpiter... en fin...
Lo curioso de todo es que los únicos que lo vendieron como un héroe soviético fueron los cabecillas de turno. Siempre fue visto como un ídolo más allá de la URSS, alguien que fue más allá de toda frontera y/o política, literalmente, y todo lo que se le ocurrió decir fue que era bonito, que la Tierra era azul y demás. Poeta el muchacho... se nota que era de ciencias (antes de ser astronauta, perdón, cosmonauta, era obrero del metal, eso cuenta como ciencias, ¿no? xD). Podría representar el más grande triunfo soviético en cuestión de oportunidades, puesto que su padre era carpintero y todo el cuento, pero por las Rusias rojas eso era algo más que obvio. De hecho, suena a sueño americano: el niño de Kansas que ayudaba en la granja de su padre y llegó a fundar una empresa valorada en miles de millones y toda es mierda de valla publicitaria y película de Oscar. Parece ser que al final las dos superpotencias archienemigas tienen como grandes ídolos a niños humildes que se convierten en semidioses más allá de lo que nunca hubiesen soñado (snif! snif!). Unos le llaman «American way of life» y otros «Estado socialista» pero en el fondo todo va de llegar a ser estrellas o de verlas, en este caso.
Esto va a ser como la religión: si diferentes culturas de diferentes países y en diferentes épocas creen en un dios, será por algo, ¿no? Sí: el tiempo libre siempre es inversamente proporcional a las ganas de pensar...

1 comentari:

  1. Es y no es.
    Pero que el sueño es posible volverlo en ralidad - en algunos sitios - se ve en Dudamel, que de la pobreza en Barquisimeto a los 28 años es el director se la sinfonica de L. A. El que vale puede salir en ciertas sociedades..lo malo que son pocas las que premian merito. La mayoria - China,India, ...- se mueve por nacionalismo politico...
    pero hay peligro en esto..

    ResponElimina