dilluns, 23 de gener del 2012

¡Feliz 4710!

Siendo obvia, mainstream o lo que sea, voy a hacer lo propio de estas fechas: valorar 2011. Porque sí, creo que ahora es el momento, no a principios de diciembre, (¿es que a nadie le importa el pobre diciembre?) En la edición digital de la Cuore, por ejemplo (sí, es el primer caso que me viene a la mente, en el fondo soy una maruja) entre los divorcios más sonados del año no figuraba el de Katy Perry y Russell Brand, ¿por qué? Porque tenían el trabajo hecho de antemano y parece que es más importante ser el primero en publicar una lista que hacerlo de forma decente. En mi caso, por ejemplo, como muchos sabéis, acabé las clases el 30 por la tarde, así que hacer el balance antes hubiese supuesto excluir ese momento entre entrañable y jodidamente raro de ver a la profesora de biología con una guirnalda de árbol de fin de año (aquí no se llama árbol de Navidad, demasiados años bajo el poder de los soviet) sirviendo té y hablando de las anomalías cromosómicas ayudada por un Power Point en ucraniano. Mi sudadera de Alicia en el País de las Maravillas no desentonó para nada en semejante postal.
Por supuesto, me niego a admitir que soy demasiado vaga como para hacerlo cuando toca y que lo voy dejando para más tarde, porque tengo la excusa perfecta: hoy empieza el año chino, así que paso de mainstream a moderna y empiezo a valorar mi apenas finiquitado año chino. Además me gusta el contraste de haberlo empezado en Solo, Indonesia, a 38ºC y acabarlo en Kiev a -7ºC con previsiones de -22ºC para el fin de semana :)
Y si de viajes va la cosa, me quedo contenta: recorrí Irlanda, me acerqué a Inglaterra varias veces, volví a Ucrania y experimenté dos tipos de muerte por calor: derretirse en Indonesia y combustión espontánea en los Emiratos Árabes. Fue en Ajmán, uno de los emiratos pequeños, donde celebré mi cumpleaños, probablemente el más raro de mi vida y eso que soy más dada a hacer cosas raras que a celebraciones normales: soplé una cerilla clavada en un cono de helado en el callejón sin asfaltar de detrás de un supermercado cutre. ¡Superad eso! En Dubái subí al edificio más alto de mundo y me dio entre gustirrini y mal rollo: eso de mirar a los rascacielos por encima del hombro no puede estar bien, pero oye, muy flipante todo. El viaje que me quedé sin hacer fue el de Nueva Zelanda, pero me quedo con la copla de que alguien en la otra punta del mundo (literalmente) me ofreció un trabajo por mi cara bonita (o por mi CV bonito, vete tú a saber...), lástima que la emoción se fuera a la mierda por el peso de la libertad de decidir mi futuro sobre mis hombros... esa gran furcia.
Pero bueno, ¿qué es tanto drama? He hecho cosas que siempre decía que haría pero que todo el mundo sabía que no me lo creía ni yo. Buceé. Yo, la señora que siente un profundo asco y miedo hacia cualquier acumulación de agua mayor que una piscina. ¡Y hasta lo disfruté! Claro que mis niños irlandeses ayudaron... ¡santa paciencia la suya! En otro orden de cosas, aquí estoy, haciendo medicina, después de 5 años de esa cosa llamada FTI que me trajo por el camino de la amargura y me devolvió por el del tedio. He vuelto a Ucrania, esta vez sí, después de repetir mil millones de veces que lo haría, soy una mujer de palabra :) Otra cosa que nunca creí que haría (aunque no tenía ningún interés especial en hacerlo) es trabajar en una tienda de chinos. ¿alguien ha visto a alguien trabajando en ellas que no sea chino? Pues ahí me planté yo y, la verdad, fue duro pero divertido. Hasta me dio pena irme :'(
Y ahora, lo que queda en formato lista, que me aburro yo sola.
Libro: How to teach Quantum Mechanics to your dog. Ni así acabo de entender la física cuántica, pero es tan entrañable y la perra tan simpática que me da igual :)
Película: del año ninguna. He ido poco al cine (en Irlanda es muy caro y en Ucrania está todo doblado al ucraniano :S) y no me ha convencido, ni siquiera Drive, por mucho que la endiosen (y me parece demasiado poner a Fast Five como peli del año xDD). Kill the Irishman no está mal, pero sin más. La mejor que vi fue Brat, peliculón ruso de 1997, muy de mi estilo :D
Serie: diría State of Play o Whitechapel, pero no son de este año, así que seré obvia y diré Game of Thrones, pero sólo porque de la nueva Spartacus sólo hay un capítulo y es algo pronto para juzgar :)
Concierto: The Black Heart Procession por a) el descubrimiento de Dark, Dark, Dark; b) Iria y yo de grupies borrachas contándole al pobre hombre que también fuimos a verlos a Bruselas no tiene precio; y c) estoy convencida de que se pasó el concierto cantando para nosotras y eso se aprecia (y si no es así en mi cabeza mola más!)
Restaurante (xD): fifteen. No es que sea una snob juzga-restaurantes, pero coner en el restaurante de Jamie Oliver es excitante y descubrir que en Inglaterra tienen más queso a parte de cheddar y que, además, está delicioso es todo un descubrimiento.

Y ya me he cansado. ¡¡Nieva!! Wiiiiiiiii